Generación del Setenta
La generación del 70 fue una de auge
revolucionario tanto en lo político, como en lo literario. Fue una era de una
casi transculturación social puertorriqueña. Esta época tiene como influencia a
las dos épocas anteriores que fueron también, ‘victimas’ de una industrialización
social. Es decir, este cambio cultural que azotó tan inesperadamente a Puerto
Rico, creó cierta nostalgia de lo que era la perspectiva del hombre
puertorriqueño. Con el cambio de gobernación se decía que Puerto Rico era la
patria, pero Estados Unidos la nación. Esto creando un raro pensamiento que decía:
‘Pensar como puertorriqueño, pero hablar como norteamericano.’ Se podría decir
que esta fue una de las mayores preocupaciones de los autores de esta generación,
ya que sus escritos se tendrían que basar en el pensamiento
norteamericano. Por ende,
perdiendo esa gran identidad nacional que un día fue esencial. Pero esto no fue
el fin de esta generación, ya que este gran cambio serviría de inspiración para
los grandes autores puertorriqueños. Los mismos crearon un lenguaje propio,
para batallar aquello que destruía la gran identidad nacional de su país.
Autores como Luis Rafael Sánchez, Ana Lydia Vega y Rosario Ferré, fueron de los
muchos protagonistas de ese gran cambio socio-lingüístico que se dio en esa época.
La mujer puertorriqueña también dio el paso de este gran cambio. Por medio de
novelas y cuentos, las autoras puertorriqueñas se defendieron de la ola
machista que degradó a la mujer grandemente. Esto también fue prueba de que por
años, la mujer puertorriqueña estaba ejerciendo su poder lingüístico. La mujer
puertorriqueña por fin había logrado lanzarse al mundo con méritos que no podían
ser ignorados. Al igual que la generación de los ’50, la generación del 70 le
tocó defender la cultura puertorriqueña, pero no solo defenderla sino
definirla. Protegiéndola del deterioro que traía la clase burguesa con ella.
Además de esto, un fenómeno editorial que surgió, entre los años
1960 y 1970, fue El Boom latinoamericano. “El Boom” se denominó de esa
forma debido a que comenzó a florecer entre los lectores una preferencia por
leer escritores latinoamericanos, determinados autores, del tipo que escribía
lo que se llamó realismo mágico.
El realismos mágico,
sencillamente es aquella literatura que se ocupaba de decir lo que no se podía
decir en tiempos revueltos, entonces se lo decía, pero en forma velada, en
otras palabras, significaba hablar de la realidad, disfrazándola un poco, para
que pareciera otra cosa. Este Boom hizo que la literatura latinoamericana y
puertorriqueña fuera ampliamente distribuido en Europa y en todo
el mundo. El escritor puertorriqueño, al igual que el latinoamericano, vive consciente
del acontecer político-social del país y presenta esa preocupación en su texto
literario. La literatura de la Generación del 70 continúa estas pautas, pero añade
otros temas, también de índole política: el conflicto de clases y la situación
juzgada de la mujer en una sociedad patriarcal.
-Mónica Ruiz
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